Revista Azimuth, Colegio de Ingenieros Topógrafos de Costa Rica -35-
PROFESIONAL DESTACADO
La vida del Ing. Tomás Fernández Rivera ha sido el resultado de mucho
trabajo, constancia y sobre todo compromiso hacia lo que hace.
Más de seis décadas dedicadas a la ingeniería topográfica reflejan su
vocación a una carrera por la que emprendió una lucha para lograr
que fuera reconocida dentro de un órgano colegiado.
Precisamente, fue en mayo de 1961 cuando fue presentado un
proyecto de ley a la Asamblea Legislativa que fue acogido por
21 diputados con el fin de regular el ejercicio de la Agrimensura
y Topografía.
El Ing. Fernández recuerda que “el proyecto fue tan polémico
que involucró a la Universidad de Costa Rica (UCR), Colegio de
Ingenieros y Arquitectos y Colegio de Ingenieros Agrónomos”.
Esta iniciativa fue enviada a la Comisión de Hacendarios, donde
fue discutida y enviada con dictamen afirmativo al Plenario con la
propuesta original “Colegio de Ingenieros Topógrafos’’.
“La reacción no se hizo esperar: la UCR y el Colegio de Ingenieros
y Arquitectos nos citaron a una reunión con el entonces presidente
de la Asamblea Legislativa, Luis Alberto Monge, para negociar una
solución entre las partes’’, narra el Ing. Fernández.
Como resultado de esas negociaciones se logró:
• Cambiar el nombre original del proyecto por el título de Ingenieros Topógrafos
y Agrimensores.
• Se logró que la UCR y el Colegio de Ingenieros y Arquitectos nombrara un jurado
partidario que, bajo la modalidad de exámenes, otorgara licencias de Agrimensura
y Topografía a aquellos aspirantes que así lo desearan.
• La creación del Timbre de Topografía para la Fundación de la Escuela de Topografía.
• A lo interno, el Colegio de Ingenieros y Arquitectos estaba madurando la idea de
formar un multicolegio que reuniera las diferentes disciplinas de las ingenierías
y arquitectura.
Ing. Tomás Fernández Rivera
Precursor del CIT